Foul-Táctico ---El ensayo de la espontaneidad ---
Editores responsables: Matías Gutiérrez Reto, Rolando Martínez Mendoza, José Luis Petris
Coordinación: María Fernanda Cappa

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La cultura y sus textos nos rodean. Nosotros, apasionados con ellos, con su consumo y análisis, nos proponemos intervenir con fouls-tácticos. Nos proponemos escribir con velocidad, buscando detenciones momentáneas del vértigo para poder discutir en presente. Queremos hablar con los tiempos de nuestra adrenalina, pero contra ella. Prometemos fouls-tácticos con un objetivo claro: actuar estratégicamente en la búsqueda de diálogos que nos permitan arrinconar el saber (...)

El fútbol, como el arte, como las licitaciones públicas, tiene reglas. El jugador de fútbol, como todo médico, como toda ama de casa, como todo obrero, las respeta, las infringe tratando de no ser detectado o busca la sanción. Foul-táctico es buscar la sanción, y seguir.

No todas las infracciones a las reglas del fútbol significan para nuestra sociedad infracción. Enviar la pelota afuera del rectángulo mayor que representa el campo de juego es una infracción al reglamento, pero nadie lo evalúa como tal. Una infracción "es": derribar a un contrario con golpes certeros no justificados por la búsqueda del balón; también es interrumpir el juego con un "inocente" golpe leve y/o sujeción del rival. La historia del reglamento del fútbol es la búsqueda, que tiene asegurada el fracaso, de eliminar todo acto que no tenga como función directa intentar introducir la pelota en el arco rival. Pero nadie puede distinguir exactamente entre un golpe generado por la torpeza y un golpe ex-profeso; es imposible determinar siempre qué es llegar a destiempo y qué buscar al jugador contrario y no a la pelota. Entre estas indeterminaciones vive el foul-táctico, y gracias a ellas el fútbol no es sólo destreza física, sino irrepetible conjunción de técnica y planeamiento y ejecución táctico-estratégica.

El foul-táctico es entonces jugar dentro del reglamento pero contra el reglamento. El foul-táctico es parar el juego para reposicionarse; es leer en velocidad el juego para saber cuándo conviene a la estrategia elegida competir con técnicas y cuándo estas han sido superadas. El foul-táctico es decisión y falta. Es el ilícito que el reglamento del fútbol sanciona sin expulsar del juego al infractor. Es darle la posesión de la pelota al contrario para ordenarse defensivamente. Es ganar tiempo, detener el vértigo. Es alertar que estamos mal parados. El foul-táctico es la aceptación de la inferioridad contingente, pero la confianza en las propias fuerzas para seguir peleando el partido y ganarlo. Foul-táctico también es picardía, pero sin cobardía: se falta al reglamento pero no se oculta la falta. Foul-táctico es jugar reglamentariamente, pero no inocentemente.

La cultura y sus textos nos rodean. Nosotros, apasionados con ellos, con su consumo y análisis, nos proponemos intervenir con fouls-tácticos. Nos proponemos escribir en velocidad, buscando detenciones momentáneas del vértigo para poder discutir en presente. Queremos hablar con los tiempos de nuestra adrenalina, pero contra ella. Prometemos fouls-tácticos con un objetivo claro: actuar estratégicamente en la búsqueda de diálogos que nos permitan arrinconar al saber. En la prosecución del juego, en otro lugar, con otros tiempos, tal vez podamos ensayar palabras más reposadas, mejor evaluadas, menos riesgosas. Mientras tanto, queremos el desafío que implica conjugar la frialdad necesaria para la lectura del juego con la decisión apurada por los tiempos efímeros del presente. Y elegimos el foul-táctico porque nos calificamos, dicho con palabras actuales-momentáneas, como políticamente incorrectos, pero garantistas.

Los editores

  


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